Entrar a la nueva sede de la Fundación Prada en Milán, es introducirse en un variado universo de materiales, texturas, colores y sensaciones. El visitar la fundación Prada en Milán supone plantearse muchas cosas. El trato dado a la construcción conllevaba a preguntarse muchas cuestiones: ¿Qué es arquitectura? ¿Qué es interiorismo? ¿Qué es un museo? ¿Qué importancia tiene el interior del museo con respecto al exterior? Y sobre todo ¿Que maneras de proyectar hay? Es esta última pregunta donde reside el aspecto más interesante del proyecto. Y es a la que vamos a dedicar una reflexión escrita en este texto. Para ello pasemos a describir el proyecto.

Al recorrer la fundación Prada te das cuenta de la dificultad de entender la idea principal del proyecto nada más entrar por la puerta. Ello parece deberse a que se trata de un complejo formado por varios edificios los cuales cada uno tratan sus propias cuestiones y dan diferentes respuestas. Ofreciendo un amplio repertorio de tipologías espaciales en que el arte puede exponerse, mas adelante veremos algunos casos.

El proyecto consta de siete construcciones existentes intervenidas, y tres nuevas estructuras. Describamos alguna de ellas:

NUEVAS ESTRUCTURAS

1. El podio

Es el edificio que visualmente nos da la bienvenida al conjunto. Creándose, así mismo, el centro del conjunto. Sus dos volúmenes maclados se caracterizan por su piel exterior de textura porosa metálica brillante realizada con el reciclaje de latas fundidas y expandidas por aire. La planta baja se aligera con el uso de grandes vidrios que dejan ver el interior y haciendo permeable la relación interior exterior.

2. El cine

Definido por una gran caja de acero pulido y vidrios de espejos actúa como una célula independiente que se retroalimenta dentro del conjunto. Ofrece una serie de espacios interiores que se pueden comunicar con el exterior a través de unas grandes puertas de doble hoja. El espacio se utiliza para la organización de eventos al aire libre o, como espacio adicional de galería cubierta. Su piel exterior se caracterizada por sus nítidos reflejos. Los cuales hacen desaparecer el volumen del edificio a reflejarse sobre su fachada el exterior, negando la permeabilidad hacia el interior de este. Dando protagonismo a ese espacio entre edificios.

3. La Torre

Es el hito que hace visible la fundación desde su entorno. Se caracteriza por una fachada blanca impoluta de hormigón que se intercala con una serie de bandas horizontales de vidrio a la cual se anexa una gran diagonal que hace de núcleo de comunicaciones y caracteriza la intervención. Es así la mayor acción que OMA propone al conjunto. Su programa es de lo más polivalente, proponiendo un edificio que ofrece un catálogo de condiciones arquitectónicas radicalmente diferentes, para ser usado por artistas y comisarios. Como vemos, la variedad de condiciones que el conjunto Fundación Prada ofrece es condensada de nuevo dentro de esta torre a una menor escala, pero siguiendo la filosofía de la diversidad espacial.

Entre los edificios existentes intervenidos vamos a hablar de dos:

4. La librería

El antiguo almacén del complejo fue restaurado por el arquitecto de un modo bastante fidedigno, aunque contemporáneo, a lo que en su día fué. Su fachada conserva las tejas planas históricas y es recubierto por un mortero color tierra grisáceo que asemeja al original. Llama la atención los grades IPEs negros colocados en vertical en la cara exterior de la fachada que parecen hacer de contención al volumen. Del miso modo se hace presente una gran rampa de acceso y un sutil balcón de vidrio. Su interior alterna con un diverso muestrario de materiales, chapas, policarbonatos, maderas e incluso azulejos. En su seno podemos encontrar la cafetería que luce un escenográfico interiorismo realizado por Wes Anderson. El cual nos traslada a los antiguos cafés de Milán de los años 50-60. Esta cualidad escenográfica y preciosista potencia al conjunto esa idea de diversidad de materiales y texturas que se ponen en convivencia.

5. La Casa Encantada

A pesar de su pequeño tamaño se ha convertido en el Icono identificativo de la fundación. Y ello es así por su fachada recubierta de pan de oro. Es el elemento que rompe en medio de todo este conjunto tan diverso. Generando un brillo dorado, como si de un sol se tratarse, en medio de un entorno caracterizado por los colores grises y tierras (colores del paisaje y cielo milanés). En su interior se encuentran una serie de salas dispuestas en vertical a modo de torre forradas en su interior con diferentes papeles y texturas. Una operación que podríamos asociar al interiorismo pero que en este caso se convierte en ornamento que potencia la imagen de collage del conjunto.

Tras analizar todas estas intervenciones y pensar que todas ellas están realizadas por el mismo arquitecto y en el mismo momento conformando una única intervención. Podemos platearnos que el modelo de pensar por el arquitecto el proyecto no es el de una única idea. Podemos entender que se trata de un proyecto diferente. Un proyecto pensado desde la parte, un proyecto hecho desde la suma de partes en vez de desde el todo como en los últimos años se venía haciendo. Parece que la idea de que las partes han de responder a la coherencia del todo desaparece entendiéndose el todo como la suma de partes. Cada parte responde a la coherencia de su unidad autónoma que se pone en relación con el resto de las unidades autónomas creando un paisaje de diversas unidades yuxtapuestas.

Algo parecido, haciendo un paralelismo y jugando con las metáforas a la formación de minerales sedimentarios o ígneos. Si bien el concepto de proyectar dominante en los últimos años era parecido al proceso de formación de una roca ígnea, como el basalto, en este proyecto se propone una forma de pesar más semejante al de una roca sedimentaria, como es un conglomerado. Un basalto se forma por solidificación de un magma o en el caso de la arquitectura por la formalización de una idea. Un conglomerado se conforma por la unión de sedimentos a través de un material conglomerante. Es decir, igual que en el proyecto de OMA la suma de todas las piezas unidas por un conglomerante (el espacio intersticial) conforman el conjuntos. El proceso entre ambas formaciones es radicalmente diferente y por tanto el resultado así lo refleja, como bien podemos observar en este edificio en comparación con otros edificios de Koolhaas como por ejemplo la biblioteca de Seattle. Si cogemos un fragmento de un basalto observaremos que la composición de cualquiera de sus partes va a ser idéntica o similar siempre estando en coherencia con la unidad de la que proviene. En cambio, si cogemos una parte de un conglomerado su composición será radicalmente diferente de cualquier otra parte de este mismo conglomerado Es lo que ocurre en esta operación arquitectónica. Cada parte tiene su composición y todas ellas conforman el conglomerado arquitectónico.