“La niña de las naranjas” el nombre con el que bautizó a uno de sus cuadros el artista por excelencia Julio Romero de Torres.
Se adopta dicho nombre para titular al proyecto, como referencia al modo de hacer y crear de su artista. Julio Romero de Torres ha sido la fuente principal de inspiración durante el proceso creativo de este proyecto. De igual modo el nombre guarda relación con el enclave del proyecto. La localidad cordobesa de Palma del Río, la cual es conocida por su tradición naranjera.
El autor simbolista español, Julio Romero de Torres, destaca por reflejar en sus obras su particular visión del mundo costumbrista. En sus cuadros se interpretan las tradiciones y costumbres andaluzas desde un prisma propio de su época.
Entre las estrategias de creación más célebres del artista tratado, destaca la continua inspiración y referencia de lo religioso para tratar los temas profanos. El autor hace uso de estructuras, herramientas y convencionalismos religiosos para simbolizar una temática profana. En “Nuestra señora de Andalucía”, “Poema de Córdoba”, “La Consagración de la Copla” o “Retablo de amor”, entre otras muchas, se entiende este modo de operar en el arte. En ellos las figuras adoptan posturas propias de vírgenes, los cuadros toman estructuras propias de un retablo, las figuras se alzan sobre pedestales ricamente trabajados, los personajes utilizan atrezos propios de vírgenes y santos ( coronas, cruces ), la composición de los mismos toman las propias de la tradición pictórica religiosa (figuras principales, secundarias...).... Mientras la temática, los personajes y el significado es totalmente profano. Toreros, señoras regionalistas con mantón, amantes, bailaoras, cantantes....
Se plasma así la cultura y el folclore tradicional de Andalucía con una visión única y propia del momento.
El proyecto propone trabajar con este modo de operar propio de Julio Romero de Torres. Investigando sobre el uso de lo religioso con una temática profana. Utilizando una estructura religiosa, preconcebida anteriormente para ser una iglesia, con el objetivo de dotarla de un significado profano. Una biblioteca municipal, pública, pluricultural y con espacios de usos múltiples.
Para ello el proyecto, no solo utiliza las estructuras religiosas existentes, sino que hace uso del modo de trabajar del lenguaje propio de lo religioso para crear y generar los espacios necesarios para los usos de una biblioteca contemporánea. Apostando por una descontextualización del contenido y continente, significado y significante como modo de crear un espacio simbólico y único.
De este modo se generan espacios como:
Unas capillas que contienen los fondos del bloque A (informática, filosofía y religión)
Una capilla con mayor relevancia, tratada con un mayor interés en la estética y el detalle para poner en un lugar preferente y reservado los fondos del bloque F (fondo local)
Una capilla seminterior, que tiene entrada desde el exterior y desde el interior del complejo y que alberga usos de actividades, exposiciones y cursos de formación, estudio y trabajo en grupo. Una capilla que es atravesada por un cerramiento flexible que permite la división en dos salas de diversas formas en función a sus necesidades.
Una girola, que se descoloca de su posición natural para contener los fondos del bloque D (lengua y literatura), y que soporta estructuralmente un coro.
Un coro que se formaliza como un gran graderío, un espacio múltiple en el que sentarse a leer, a hablar, a descansar dependiendo del momento y las necesidades de programa y que en momentos puntuales se convierte en sala de butacas para ver el escenario desde el que emitir una conferencia, representaciones, proyecciones...
Un púlpito que hace las funciones de escenarios, conferencias, sala proyecciones ... y que tiene la particularidad de estar estratégicamente colocado y pensado para tener dos caras. Una hacia el interior del edificio y otra hacia el exterior, hacia el patio del Colegio Público Ferrobús. Pudiendo utilizarse con las mismas funciones desde el patio de este en las noches y tardes de primavera y verano.
Un retablo, que ha sido deformado, y que se le ha introducido un factor espesor considerable para poder contener dos plantas. En la planta baja los fondos propios del bloque B (ciencias sociales, naturales y aplicadas) y en la planta superior el bloque C (artes, deportes y ocio) y bloque E (geografía, historia y biografías)
Una sacristía que por sus condiciones espaciales de luz, dimensiones y forma alberga en planta baja la sala de reuniones de grupos pequeños y una sala de conferencias/ videoconferencias/ proyecciones/ debates/ presentaciones y representaciones. Y en la planta superior una sala multiusos.
La nave central constituye el espacio “plaza” que aglutina todos los espacios. Desde esta se pueden observar esta reinterpretación de los elementos de una iglesia con un lenguaje con- temporáneo mientras lees, o buscas un libro. Es el espacio más representativo y el cual permite que el resto de piezas puedan combinarse para cubrir unas necesidades u otras dependiendo del momento.
Por último y desde el exterior la torre que antes simbolizaba la existencia de una iglesia ahora anuncia el enclave de un hito público, la biblioteca.
Se genera así un espacio contemporáneo, con las atmósferas de calma y monumentalidad de una iglesia, pero con las funciones de una biblioteca y espacio de usos múltiples. Una iglesia reinterpretada, que ha sido despojada de sus piezas fundamentales como capillas, naves, retablos y han sido recolocadas para volverse a insertar con un lenguaje, una disposición y una imagen completamente contemporánea. Con modos de hacer, y de construir propios de la actualidad, que apuestan por la innovación y la sostenibilidad.
Un paisaje construido de espacios diversos llenos de símbolos y carentes de significados. Dejando al espectador la libre interpretación del uso y fantasía de los mismos.