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Historia de la creación

Una enorme plataforma con cubierta, sin fachada y dando cabida a diferentes espacios específicos multiusos fue la apuesta ideal para que los alumnos de El Ardal diversifiquen sus aprendizajes a base de un estrecho contacto con la naturaleza. Una intervención que plasma la armónica convivencia entre los más pequeños con el entorno que les rodea. Este proyecto será recordado por la creación de instalaciones que ayudan al desarrollo de nuevas enseñanzas basadas en la creatividad.

 
 
 
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Búsqueda de inspiración

 

Muchas han sido las historias de ficción, algunas basadas en hechos reales, que nos han transportado al mundo de la convivencia entre el hombre y la naturaleza. En algunos casos de forma natural, en otras accidental o forzada... pero que el ser humano se ha tenido que adaptar al medio en el que habitaba (y no al revés) ha sido una constante desde tiempos remotos.

Todos hemos escuchado los relatos de cómo un niño abandonado en una selva creció en ella, sobrevivió y encontró su lugar incluso entre las manadas de mamíferos (“El libro de la Selva”, de Rudyard Kipling). También se sabe que algunos hombres fueron, accidentalmente, abandonados a su suerte en una isla desierta o en mitad del mar, luchando por sobrevivir y con la esperanza de ser rescatados (“Relato de un náufrago”, de Gabriel García Márquez). No es entonces de extrañar que, en su evolución, el hombre haya comprendido que la adaptación al medio que le rodea es una necesidad y no un capricho o una corriente que responda a tendencias.

Afortunadamente, las nuevas generaciones comienzan a tener inculcados unos valores superiores a los tradicionalmente establecidos a este respecto: el compromiso y el respeto por el entorno.

“El Ardal” es una sede pedagógica con una metodología de enseñanza adaptada a las necesidades especiales que puede llegar a tener el alumno. Las formas de enseñanzas pasan, por una especie de “método socrático”, donde a raíz de unas conversaciones basados en un tema central, se derivan otras conversaciones o puntos de vistas donde el maestro y el alumno intercambian ideas. Se rompe, en cierta manera la idea de la enseñanza unilateral en base de qué motiva al alumnado. Es de este modo que el alumno investiga y profundiza de la mano del docente el tema que más le motiva o necesita desarrollar.

Cabe señalar la importancia de la creatividad como herramienta de enseñanza en la pedagogía del centro. Y la importancia del contacto con la naturaleza de los alumnos como modo de estímulo para el desarrollo de sus habilidades.

 
 
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Una plaza para el aprendizaje

Para dar soporte a tan diversas disciplinas y en coherencia con sus conceptos de creatividad y contacto con la naturaleza, se diseñó una enorme plataforma. Una gran plaza organizada en diferentes áreas, caracterizadas por contar con variados elementos específicos para cada materia. Un gran edificio sin fachada en el que la relación con la naturaleza es directa.

La riqueza espacial de este enorme tablero reside en la multitud de atmósferas que éste contiene: interiores, exteriores, aclimatados, de juego, de asiento, insonorizados, de luz, de sombra, con agua, secas, duras, blandas, rugosas, lisas, ásperas, suaves… Todas ellas necesarias para el desarrollo de la metodología del centro.

A nivel de diseño arquitectónico, este tablero se sitúa en el único área de la parcela sin árboles. Y espeta una roca que coincide con uno de sus laterales, deformando así el rectángulo y recordando en todo momento que es la arquitectura la que se adapta al entorno, en plena coherencia con el compromiso adquirido. Esta roca es la entrada al centro para los niños, convirtiendo la acción de entrada al colegio en todo un acontecimiento del juego.

El edificio cuenta con otros dos accesos para el público más adulto. Una gran rampa entorno a una grada, conformando un semicírculo enorme, a modo de hemiciclo, que será usado como espacio de reunión y lugar de congregación y aprendizaje.

Este suelo rectangular está cubierto con techo de mismas dimensiones que lo acondicione ante el sol y la lluvia. En su interior se reparten diferentes gradas aisladas, en las que el alumno podía sentarse en distintas direcciones, observar el entorno y charlar mientras desarrolla conocimientos. Cada grada hace de estructura de una célula y cada célula es un aula específica, que se usan según las necesidades del alumno para que el desarrollo de este sea personalizado, basado en sus necesidades y sobre todo con una experiencia de aprendizaje positiva y experimental.

El proyecto incluye el diseño de hasta 20 modelos de mobiliario, y cada uno de ellos es creado para un uso específico: artístico, musical, tecnológico o de juego… Son estos los encargados de programar los distintos espacios, proveyendo a estos de los materiales, elementos o herramientas necesarias para el desarrollo de una actividad específica. El edificio está pensado con una gran rampa para permitir la salida de los carros al bosque, pudiendo así generar aulas improvisadas en el exterior al cobijo de los árboles.

 
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El detalle

El edificio es multifuncional y polivalente, con una cubierta de carácter efímero. Realizado con lamas metálicas que permiten ser desplegadas y giradas a gusto de los usuarios. También cubren si se dieran altas temperaturas o abrir para la entrada de luz.

Las células son construcciones ligeras de carácter desmontable, ligeras, re-utilizables. En consonancia con el concepto del colegio que apuesta por el reciclaje como base la creatividad. Los alumnos han de construir sus juguetes con materiales reciclados. Su interior es dotado de privacidad mediante cortinas y el techo se conforma de un toldo que puede correrse a petición del usuario dando así diferentes gradientes de luz. Algunas células constan de una mayor especificidad por las exigencias del programa, como los espacios completamente insonorizados.

La gran plataforma consta a lo largo de su recorrido de diversas cortinas que sirven para separar ambientes, comprendidos también para el uso de la privacidad o mejora en la concentración del alumno.

Los carros son metálicos lacados y están preparados con ruedas especiales para llevar sin dificultad por el terreno de la sierra. En una clara apuesta por el aprendizaje en la naturaleza. La convivencia del alumnado y profesorado con el entorno es un hecho. Un acontecimiento que hará que los valores de aquellos que tienen la fortuna de disfrutar, aprecien y conserven más adelante.

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CRÉDITOS

Arquitectura: Raúl Almenara + Taller de Casquería

Texto: Manuel Madrigal

Fotos: Maru

 
 

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